Siempre resulta muy dificil sintetizar, en un texto escrito con unas imágenes, lo dicho en una conferencia, imágenes que no son todas las utilizadas durante la propia conferencia.
Esto tiene cierta razón lógica de ser, pues a la hora de publicar, solemos tener limitaciones por falta de espacio físico o porque todas las imágenes hacen que el documento pese virtualemente mucho y no se pueda subir a la web. Aún así nos aventuraremos a dar forma y coherencia a las anotaciones y estudio realizado para la propia conferencia.
Comenzaremos diciendo que el hecho histórico que hoy presentamos sobre un documento archivistico no es un descubrimiento casual y puntual, sino que obedece a una lógica evolución en una investigación que nos ha hecho adentrarnos en el mundo de la archivistica y de los archivos malagueños.
Causalmente todo se debe a los resultados obtenidos en la excavación arqueológica de urgencia realizada en Taralpe[1], donde se recuperó un fragmento de escoria de mineral de hierro aparecido dentro de la fosa ovalada identificada como posible fondo de cabaña, en el corte C-1 unidad estratigráfica III, lo que obviamente indica la realización del proceso de transformación de mineral de hierro en productos manufacturados en el siglo VIII antes de Cristo.
En el noveno ciclo de conferencias “Alhaurín y su Historia” presentamos los resultados de la intervención de urgencia y en otra conferencia del mismo año el doctor Santiago Ramos disertó sobre arqueología industrial centrando buena parte de su conferencia en la explicación del enclave minero del Llano de la Plata[2].
Es a partir de este momento cuando decidimos investigar más a fondo la utilización de recursos minero/metalúrgicos de nuestras sierras. Comenzando con una serie de salidas sistemáticas, peinando las sierras y parajes de nuestro municipio en busca de evidencias de explotaciones mineras abandonadas. Focalizamos esta fase de la investigación en dos áreas bien diferenciadas, como son, la zona aledaña al cortijo del Almendral en la Sierra de Cártama y la zona del Llano de la Plata y Cerro Horadado en la Sierra de Mijas.
Esta línea de investigación pronto empezó a dar sus frutos, pues hemos localizado innumerables restos materiales de la industria minera de época moderna y contemporánea en ambas zonas; los resultados parciales fueron presentados en la conferencia realizada en el décimo ciclo de conferencias “Alhaurín y su Historia”, en el año 2011[3].
Decididos a profundizar en este tema, comenzamos a localizar en los archivos los datos que contrastaran las evidencias localizadas en el campo; es así, como durante buena parte del año 2012 y años sucesivos decidimos dedicar un día a la semana a la visita y recopilación de diversa información en los distintos archivos históricos que existen en la provincia de Málaga.
Pronto las pesquisas nos indujeron a centrarnos en el Archivo Municipal de Málaga, pues desde un primer momento teníamos claro, y seguimos teniéndolo, que si queríamos indagar en el pasado de Alhaurín de la Torre el lugar idóneo era, y es, el Archivo del Ayuntamiento de Málaga; lugar e institución del que formamos parte hasta bien entrado el siglo XIX[5]. Es por ello por lo que toda la información administrativa de interés está aquí, en este archivo y no en el Archivo Histórico Provincial.
En poco tiempo nuestras investigaciones, dentro
del Archivo Municipal de Málaga, se desviaron de nuestro asunto principal hacia
otros motivos históricos, pero siempre centrados en la investigación sobre
Alhaurín de la Torre,
nuestra indagación pronto se convirtió en un galimatías y amalgama de datos culturales
de distintas épocas y diversas parcelas y momentos, cada nuevo documento que ojeábamos,
nos descubría un nuevo dato, una nueva fecha, una nueva realidad histórica… Algunas,
de esas informaciones localizadas, han visto la luz en internet, en un blog que
hemos creado al efecto,
otras muchas esperan su oportunidad de salir a la luz pública.
En la sección "Estante C" localizamos un
documento que nos pareció tremendamente importante; dentro de este Estante C,
dentro del Legajo 76, la carpeta 1[8]. El
documento contenido en esta carpeta se correspondía con las hojas iniciales y
el índice alfabético o abecedario y por toponimia de un libro de
“Compossiciones de tierras”, acabado este allá por el año 1582, por petición de
su majestad Felipe II, de Málaga y de su jurisdicción.
Examinando el libro de Agustina Aguilar Simón, con título:
“Inventario de documentos de la sección de propios, rentas, censos,
arbitrios, pósitos, contribuciones y repartos del Archivo Municipal de Málaga”[9],
nos encontramos que en el Tomo I, página 19 nos vuelve a aparecer referencia a
las “composiciones de tierras” realizadas en 1581 por Junco de Posada. Nuestro
interés siguió creciendo hasta que en este mismo libro en la página 68 nos
encontramos con el apartado 7. Libros de
Interes histórico relacionados con la hacienda de propios. Es aquí donde
localizamos referencia al Volumen 5 de esta colección que textualmente dice:
“LIBRO DE COMPOSICIONES DE TIERRA (VOLUMEN 5)
Fecha: 1581, abril, 10. Málaga / 1582, junio, 30. Granada.
Titulo: Libro de Composiciones de Tierra.
Descripción física: Encuadernado pasta dura y cuero. Foliado: 564
Folios. Buena conservación.
Razón del documento: El rey envía a la ciudad de Málaga al Licenciado
Junco de Posada, Juez de Comisión, con la finalidad de restituir a la Corona las tierras
realengas ocupadas”.
Tras examinar estos dos documentos juntos, Caja 1484 y
Libro de Interés histórico nº 5, coinciden en el tamaño de la letra y
tipografía, en el tamaño del papel y textura, resultan que son el mismo
documento, la caja 1484 es el índice o abecedario y hojas iniciales de este
documento, que por alguna razón fue desgajado y separado del mismo. Este libro
según consta en la primera hoja fue restaurado y vuelto a encuadernar a finales
del siglo XIX, momento en el cual se debían de encontrar juntos y no por
separado siendo catalogado con posterioridad en dos documentos distintos:
Siendo Alcalde primero
D. LORENZO CENDRA, consejal en-
cargado del archivo D. FRAN-
CISCO MANUEL CARBONELL, y archive-
ro paleógrafo D. JOSE PONCE se
encuadernó este libro que se
encontraba en mal estado
AÑO 1870.