sábado, 17 de septiembre de 2022

Crónica de mi verano 2022.

Este año mi mes de agosto ha sido para mí intenso y placentero. 

Este año, una vez más, he vuelto a profundizar en la historia de nuestro municipio, a través de la excavación en uno de los muchos yacimientos arqueológicos de nuestro término municipal, gracias al área de Patrimonio Histórico Artístico del ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, que dirige Manuel López Mestanza.

 
Echando un cable en el Cerro del Villar a mi amigo Pepe Suárez.

El yacimiento elegido, no lo ha sido por ser el más bonito, el mejor, el más monumental, el más grande, el mejor conservado, el más vendible históricamente o visualmente... lo ha sido por el riesgo de pérdida que sufría por la erosión del lugar donde se encontraba. 

Y ante esa posible destrucción hemos tenido que intervenir de urgencia, eso sí con todos los permisos necesarios de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga.

 

 
Otra instantánea de mi paso por el Cerro del Villar.

Ha sido un yacimiento modesto, muy modesto, un hoyo neolítico. ¡Si neolítico!, Alhaurín de la Torre tiene varios yacimientos de esta época. Y sus tesoros: la basura de esta comunidad seminómada o semisedentaria, según se guste. 

Son grupos, en nuestro caso parece que reducido, quizás una unidad familiar, que se asienta en un área y explota los recursos de su entorno durante largas temporadas, pero sin llegar a ser un asentamiento permanente.

Gracias a esa basura sabemos que, a finales del quinto milenio, "cuando el niño le decía: papi quiero conchas finas... pues el papi se hacía una excursión a la playa, a 11 kilómetros de distancia, y le traía sus conchas finas al niño" (licencia que me he permitido para decir que esta comunidad neolítica de finales del V milenio a.n.e. consumía maricos variados y de diversos ecosistemas marinos, tanto de áreas de playa como de áreas de roquedo.

 Malacofauna recuperada en estratos de finales del V milenio a.n.e.

Nuestros tesoros no son de oro, de plata, ni monedas de bronce... son: las conchas de sus alimentos, los cuchillos de piedra, las herramientas de sus hoces de mano para segar el grano, los molinos y manos de molinos para triturar ese grano y hacer harina, las vasijas de almacenamiento para esos granos donde prima lo funcional a lo estético...  

 
Flotación y tamizado de sedimentos arqueológicos.

Y mientras otros disfrutaban de las maravillosas playas de nuestra Málaga y de tal o cual feria y de tal o cual visita a pueblos y sitios, yo he estado colgado en un cortado, a cinco metros del suelo "excavando cacharros antiguos y encima rotos" y aprovechando para ponerme moreno que para eso es el verano.

Y como no, por último y no menos intenso, hemos estado echando un cable al proyecto del Cerro del Villar rodeado de otros amigos "locos excavando cacharros viejos y tomando el sol al fresquito de agosto".

 

Otros locos arqueólogos.

Como diría más de uno: "están chalaos estos arqueológos". ¡El año que viene más pero nunca igual!