sábado, 23 de junio de 2018

El día que una jueza quiso levantar un muerto romano en Alhaurín de la Torre.

Aprovechando que hoy es el día en que celebramos San Juan, y puesto que los hechos relatados ocurrieron en ese día de hace unos años, os traigo este breve relato de acontecimientos:

 

La verdadera historia de Juanito, o de como una jueza de guardia estuvo a punto de levantar un cadáver tardorromano.




A lo largo del tiempo que llevo investigando y estudiando la historia y arqueología de nuestro pueblo me ha pasado de todo, y no siempre ese todo ha sido bueno y gracioso, sin querer pormenorizar mi historia, y entrar en todo tipo de detalles, os puedo decir que he sido objeto de disparos de escopeta de caza varias veces (me han confundido con una presa de caza), me han robado el vehículo con el que subía a la Sierra, me han denunciado creyendo que era un ladrón, me he caído varías veces…



Hoy os voy a contar la historia de Juanito.



Como muchos sabéis soy licenciado en Geografía e Historia por la UMA y pese a eso he gestionado un negocio de informática aquí en Alhaurín de la Torre durante once o doce años. Durante ese tiempo no me pude dedicar en cuerpo y alma a nuestro pasado, mi gran afición y vocación, pero nuestra historia no cayó en el olvido totalmente, tal es así que en ese tiempo colaboré en varias intervenciones arqueológicas e incluso dirigí un pequeño sondeo que es el que origina esta historia.



En el año, 2002, se realizó la circunvalación de Alhaurín de la Torre, obra con grandes desmontes que no llevó supervisión arqueológica y se ventiló unos cuantos yacimientos y hallazgos arqueológicos.



 Instantánea en el que se observa la limpieza del cráneo.


Revisando su trazado cuando los movimientos de tierra ya se habían realizado, encontramos a Juanito, bueno más bien encontramos los restos de un cráneo parcialmente machacado por la máquina y seccionado en un terraplén.



Puesto en contacto con las Delegaciones provinciales de Cultura y de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, se consiguieron los permisos necesarios para la excavación, con lo que aprovechando que se acercaba la feria del pueblo cogí unos días de descanso de la tienda de informática para realizar esta excavación, además recuerdo que coincidió con una huelga general, día que también aproveche para avanzar en el sondeo, y que me valió diversos insultos y amenazas pues al estar a pie de carretera la gente que pasaba por allí desataba su lengua hacia mi persona, mi familia, mi salud y mi descendencia creyéndome un esquirol que boicoteaba el paro general.

 


Foto de los restos óseos de la inhumación.
 
Los trabajos los desarrollé yo solito, pues era un sondeo que ocupaba el espacio de una tumba nada más, si bien es verdad que mi amigo José Miguel Montes, de Pinos de Alhaurín, estuvo varios días echándome una mano.



El caso es que allí estaba yo todo el día al sol ligero erre que erre con un pincelito y una lanceta limpiando huesos.



El ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, a través de su Concejal de Cultura, sabía perfectamente que se estaba excavando una tumba, es más con el fin de darle publicidad al hecho, contactó con Torrevisión para grabar el sondeo y la extracción del esqueleto y dar la noticia.



Así llegamos al último día, que si mal no recuerdo era domingo, el caso es que más o menos al mediodía estaba el esqueleto dibujado, fotografiado y todo listo para proceder a su recuperación, pero faltaba que Torrevisión se desplazara a grabarlo, y se me aviso que no podría venir hasta las cinco o las seis de la tarde pues el equipo de filmación estaba cubriendo en directo la feria de día.



Llegados a este punto no quedaba más que esperar, y como lo que caía del cielo en los Caracolillos era fuego, pues recogí mis herramientas y me fui a mi casa a esperar la hora de que la tumba  fuera hecha famosa y grabada por la posteridad.



Durante el proceso de limpieza y excavación muchos vecinos de la zona habían pasado por el lugar y se habían parado a ver la evolución de los trabajos, lo cual está bien, ¡hay que difundir la historia y la arqueología de nuestro pueblo!



Entre los visitantes había de todo desde el que se maravillaba al ver la excavación, hasta el que de manera despectiva se reía de mí, también los había que en sus cortas entendederas no entendían porque estaba pasando las siete fatigas divinas, bajo nuestro sol de respeto del mes de junio, por amor a la historia de Alhaurín y además gratis.




El último día de la excavación tuve una visita, para mí una visita más, de un vecino de Alhaurín muy conocido, y que tenía una empresa de camiones y de maquinaria de obra, el cual me interrogó sobre lo que estaba haciendo allí, mentiría como un bellaco si no dijera que era la 400 o 401 visita preguntando lo mismo ese día y sinceramente puede que no le hiciera mucho caso y lo despaché relativamente rápido, pues ya estaba hasta el moño, en el buen sentido de la palabra, de haber contado lo mismo hasta la saciedad.



(Hago un inciso, el muerto estaba en el terraplén de la carretera que ya estaba abierta al tráfico y todo el que pasaba me veía perfectamente.)


El caso es que aquél vecino, con más buena intención que acierto, y poco convencido de mi explicación, se fue en busca de la Policía Municipal de Alhaurín de la Torre a decir que había un tío junto a la Venta Vázquez sacando un muerto, una cosa lleva a la otra, yo me había ido a mi casa a esperar que me avisaran de Torrevisión, la policía local llega al sitio y ve al muerto, yo no estoy, y como no sabían nada de la excavación pues van y llaman a la Guardia Civil, la cual se presenta en el sitio y se encuentran un muerto en una cuneta, la Guardia Civil no sabía tampoco nada de la excavación, yo sigo sin estar, ¿Qué hace la Guardia Civil? Pues llamar al juez de guardia para hacer un levantamiento de cadáver en toda regla.



El tiempo transcurre, yo estoy en mi casa echándome un siestorro heavy (siesta) en mi sofá esperando la tan ansiada llamada para ir con Torrevisión a grabar, y recibí una llamada diciéndome: "... corre que esta la Guardia Civil en la Venta Vázquez y van a levantar al muerto".



Salí escopetado con mi ciclomotor hasta el lugar y cuando llegué me encontré a la Guardia Civil, a un coche de una funeraria y otro coche normal que había traído a la jueza de guardia que había venido expresamente de Torremolinos a proceder al levantamiento del cadáver judicialmente.



Y así fue como se libró por los pelos Juanito de ser judicializado y de cómo se quedó sin su filmación para los anales de la historia de Alhaurín de la Torre y sin salir en las noticias. 

La Guardia civil me identifico, la jueza me hecho un buen rasca polvo pues se había desplazado expresamente de Torremolinos a proceder al levantamiento, y al día siguiente tuve que presentar la documentación de la Excavación en el cuartel, pues con las prisas me la dejé en casa. 

Obviamente nada más marcharse el dispositivo judicial procedí sin más demora a recuperar los restos óseos. Juanito fue sacado por mí de manera científica y no judicial.



Juanito era un individuo de sexo masculino, de edad adulta, por el desarrollo dental podía tener una edad entre 40 y 45 años, que seguramente fue enterrado junto a un camino y que fue enterrado boca arriba, con la cabeza sobre un escalón de la propia tierra de la fosa a modo de reposa cabeza y recubierto todo el conjunto por varias lajas de piedra y sin ajuar, por el ritual y forma de enterramiento fue clasificado como tardorromano, sobre siglo V-VI.



Y lo llamé coloquialmente Juanito pues fue excavado y recuperado durante la feria de San Juan del año 2002.

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