domingo, 6 de diciembre de 2020

Mejora del Mayorazgo de Gutierre Gómez de Fuensalida, 1579.

Acabada la conquista de nuestras tierras por los Reyes Católicos, los terrenos son repoblados a través de los repartimientos. Una parte importante de esos terrenos, con el paso del tiempo, se van centralizando en varios personajes y en sus linajes.

La persona que inicialmente  destaca, sobre manera, sobre el resto de ellos, es Toribio de la Vega. Cocinero Mayor de la reina Isabel la Católica, que gracias a mercedes y donaciones regias se hace con una parte importante de nuestro actual casco urbano y sus alrededores. 

Con el paso del tiempo estas posesiones se van acrecentando con más compras en el área, pero Toribio sigue formando parte del séquito de la corona de Castilla, gracias al cargo que detenta, y por tanto, no puede estar muy encima de sus propiedades pues ha de desplazarse con la reina y su corte. Con el paso del tiempo delegará la gestión de sus propiedades en su hijo primogénito, Juan Pérez de la Vega, que también es cocinero en la casa de la reina Isabel.

En agosto del año 1501, Toribio, cansado y muy mayor, decide retirarse de la corte, se "jubila" y mediante documento notarial cede sus propiedades de Alaulín a su hijo Juan Pérez.

A partir de este momento Juan Pérez de la Vega aparece citado en la documentación como Cocinero Mayor de la reina y a partir de este momento parece que Toribio se pone al frente de sus propiedades familiares en Málaga, pero ya no son suyas sino que son de su primogénito.

Finalmente Juan Pérez de la Vega, venderá en bloque todas las propiedades torrealhaurinas al comendador Gutierre Gómez de Fuensalida en el año 1512, es posible que habiendo fallecido Toribio, que tras su jubilación se había dedicado a la gestión directa de las tierras de Alaulín en nombre de su hijo, llegando a comprar en su nombre tal y como se detalla en nuestro libro sobre Toribio de la Vega y Laulín.

 

 

Portada del libro.


Al igual que hizo Toribio para su hijo, Gutierré Gómez de Fuensalida compra todas las propiedades disponibles en la zona y continúa concentrando propiedades en su persona.

En 1522 el Comendador Gutierré Gómez de Fuensalida instituye Mayorazgo a favor de su nieto Gutierre Laso de la Vega, hijo del Comendador Gómez Suárez de Figueroa y de Catalina Laso de la Vega (su hija).

El Mayorazgo es una figura jurídica que blinda las propiedades que están adscritas bajo esta institución, de manera que pueden ser transmitidas a los descendientes primogénitos pero no se puede disponer libremente de ellas.

Al crearse el Mayorazgo se hace una escritura de constitución que blinda las propiedades de por vida, salvo sentencia judicial en contra y embargos. Existen además abdendas, mejoras y añadidos a la escritura inicial, cuyo único objeto es de acrecentar las riquezas de la institución familiar y protege más propiedades bajo el paraguas del Mayorazgo. 



 Cartela de identificación del documento.

Y es así como nos encontramos en el año 1579, 57 años después de la constitución del Mayorazgo de Gutierre Gómez de Fuensalida, cuando D. Gutierre Laso de la Vega, que es el titular en este momento del Mayorazgo, junto con  su esposa Guiomar de Manrique,  añaden al listado de: propiedades, bienes y rentas de este Mayorazgo, una reforma o nueva anotación a la escritura inicial, incorporando "un tercio y quinto de las mejoras de nuestras propiedades", que según el propio texto equivale a una serie de rentas nuevas a añadir.  Entre ellas destaca 50.000 maravedíes anuales de las alcabalas de Málaga por privilegio concedido por su majestad.  

En la hoja de resumen (carilla de portada) que acompaña a la escritura, se indica que dichas rentas luego serán cambiadas por las alcabalas de Alhaurín de la Torre. En el documento propiamente dicho no aparece ninguna referencia a dicho cambio, seguramente sea una anotación de otro documento que alguién saco del legajo original.

El nuevo titular de este mayorazgo, y de lo añadido, será su hijo D. Luis Laso de la Vega. Esta escritura se hace "en las casas de nuestra morada (Málaga)" ante el escribano Juan del Río, (ante D. Juan del Río escribano publico del numero de la ciudad de Málaga) el día 4 de noviembre de 1579. 

A nosotros nos ha llegado información de esta escritura a través de una copia posterior realizada por el escribano Juan de Paniagua, escribano que hereda la escribanía de Juan del Río en Málaga. Copia realizada en febrero de 1619 a petición de Giuseppe de Espinosa que tiene necesidad de un traslado de la misma y que es descendiente de la familia. 

 


Fragmento de la primera hoja del documento.

Esta copia se encuentra dentro de los Fondos Fernán Núñez, del Archivo Histórico Nacional, sección Nobleza en Toledo, signado como Legajo C2222, carpeta D7.


 Transcripción de las dos primeras hojas:

 

Legajo 1º
Papelera 5ª Numero 10
Mayorazgo de Gutierre
Gomez de fuensalida.
Su fundacion, Agregaciones y Posesiones.
Mejora hecha por (el Comendador)
Gutierre Laso de la Vega, (Caballe
ro de la orden de Santiago) y Dª
Giomar Manrrique, su muger, a
fabor de Don Luis Laso de la Vega,
su hijo mayor, del tercio y quin
to de sus bienes (señalandoselos
en un Juro de 50.000 maravedis anua
les sobre las Alcabalas de Mala
ga, que despues fue cambiado parte del
por las acabalas de Alahurin de la
Torre, legajo 21; el molino de la
villa de Alora; y los censos perpe
tuos y redimibles que les pagaban
y fuesen bastantes a cubrir dicho
valor, para que despues de sus dias
los gozase unidos y agregados a
el mayorazgo fundado por Gu
tierre Gomez de Fuensalida/

Comendador de los Bastimentos de
Leon, Abuelo del concedente, y con
las condiciones que este incluye; lo
que asi aceptó el Don Luis besando
las manos de sus Padres); ante Juan
del rio, escribano en Málaga , a 4 de
Noviembre de 1579. Copiada por Juan
Pan y Agua, a 26 de Febrero de

1619.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

¡Así queremos que sea nuestra iglesia!

¡A veces los papeles viejos más insignificantes cuentan historias!
 
Alhaurín de la Torre cuenta con iglesia desde mucho antes de que existiéramos como municipio o pueblo. La misma, aparece por primera vez citada en una lista de censos de la iglesia parroquial de Cártama, allá por el año de 1563, en documentos del Archivo de la Catedral de Málaga. (A.C.M. Legajo 86, carpeta 8)


Este edificio parroquial va a pasar por diversas reconstrucciones, reformas y momentos distintos a lo largo de su dilatada vida, estando durante mucho tiempo inconcluso, en ruinas o incluso abandonado. 
 
Una de las causas fundamentales de su mal estado se puede achacar, la mayoría de las veces, a quedarse su obra sin fondos para su terminación y a diversos fenómenos naturales y atmosféricos que se ceban en el tiempo con su fábrica.
 
 
  
 
Las obras de nuestra iglesia parroquial dependían económicamente de los fondos que se destinaban a tal efecto desde la Catedral de Málaga y los dineros cuando llegaban no cubrían todas las necesidades de la obra, construcción que siempre irá renqueando y atrasada.

Al igual que otros muchos edificios religiosos, nuestra iglesia, sale mal parada de la Guerra Civil; bueno realmente su archivo, mobiliario y escaso arte sacro se quema en los años precedentes a la guerra y no propiamente en la Guerra Civil. 
 
Zona del altar destruido durante la guerra civil.
 
Por lo menos, no ardió su techumbre ni el edificio fue demolido o abandonado, como ocurrió con otras iglesias y ermitas rurales, si bien es verdad, que fue desacralizado como edificio de culto durante los primeros momentos de la contienda civil y pasó a utilizarse como almacén.

Iglesia durante la guerra civil.


El mal endémico de este edificio, cuyas fábricas iníciales pueden tener más de 500 años y podría descansar perfectamente sobre las ruinas de la mezquita del Hisn nazarí de Laulín, continúa a lo largo del tiempo y se agrava en época contemporánea. 
 
Y es así, como llegamos al mes de octubre de 1963, momento en el que el cura párroco de la localidad: Don Antonio Sánchez García lanza una campaña pública de cuestación de fondos para el arreglo urgente de la iglesia parroquial cuyo fin será su embellecimiento y una nueva puesta a punto.

Para esta actualización se indica la nada desdeñable cantidad de 150.000 ptas de la época, para arreglar: las goteras, y el polvo que cae del tejado, para poner cristaleras en los ventanales tapados con ladrillos, para poner campanas que suenen en todo el pueblo, para blanquear el edifico por dentro y por fuera, para poner una solería interior, para poner una nueva instalación eléctrica...

Se pide la colaboración de todo el pueblo y se recuerda la generosidad del señor a la hora de premiar el esfuerzo de sus feligreses.

 

En estos años la petición de ayuda para el arreglo de la iglesia es constante, lo cual indicaría que no se llega a la cantidad necesaria para el arreglo de todo lo que necesita.

 

La situación se agravará radicalmente el 4 de marzo de 1975, cuando un rayo alcanza el edificio y causa grandes destrozos en su fábrica y tejado.