¡A veces los papeles viejos más insignificantes cuentan historias!
Alhaurín de la Torre cuenta con iglesia desde mucho antes de que existiéramos como municipio o pueblo. La misma, aparece por primera vez citada en una lista de censos de la iglesia parroquial de Cártama, allá por el año de 1563, en documentos del Archivo de la Catedral de Málaga. (A.C.M. Legajo 86, carpeta 8)
Este edificio parroquial va a pasar por diversas reconstrucciones, reformas y momentos distintos a lo largo de su dilatada vida, estando durante mucho tiempo inconcluso, en ruinas o incluso abandonado.
Una de las causas fundamentales de su mal estado se puede achacar, la mayoría de las veces, a quedarse su obra sin fondos para su terminación y a diversos fenómenos naturales y atmosféricos que se ceban en el tiempo con su fábrica.
Las
obras de nuestra iglesia parroquial dependían económicamente de los fondos que se destinaban a tal efecto desde la Catedral
de Málaga y los dineros cuando llegaban no cubrían todas las necesidades de
la obra, construcción que siempre irá renqueando y atrasada.
Al
igual que otros muchos edificios religiosos, nuestra iglesia, sale mal parada de la Guerra Civil; bueno realmente su archivo, mobiliario y escaso arte sacro se quema en los años precedentes a
la guerra y no propiamente en la Guerra Civil.
Zona del altar destruido durante la guerra civil.
Por
lo menos, no ardió su techumbre ni el edificio fue demolido o abandonado, como ocurrió con otras iglesias y ermitas rurales,
si bien es verdad, que fue desacralizado como edificio de culto durante los primeros momentos
de la contienda civil y pasó a utilizarse como almacén.
Iglesia durante la guerra civil.
El
mal endémico de este edificio, cuyas fábricas iníciales pueden tener más
de 500 años y podría descansar perfectamente sobre las ruinas de la mezquita del Hisn nazarí de Laulín, continúa a lo largo del tiempo y se agrava en época
contemporánea.
Y es así, como llegamos al mes de octubre de 1963, momento en el que el cura
párroco de la localidad: Don Antonio Sánchez García lanza una campaña
pública de cuestación de fondos para el arreglo urgente de la iglesia
parroquial cuyo fin será su embellecimiento y una nueva puesta a punto.
Para
esta actualización se indica la nada desdeñable cantidad de 150.000
ptas de la época, para arreglar: las goteras, y el polvo que cae del
tejado, para poner cristaleras en los ventanales tapados con ladrillos,
para poner campanas que suenen en todo el pueblo, para blanquear el
edifico por dentro y por fuera, para poner una solería interior, para
poner una nueva instalación eléctrica...
Se
pide la colaboración de todo el pueblo y se recuerda la generosidad del
señor a la hora de premiar el esfuerzo de sus feligreses.
En estos años la petición de ayuda para el arreglo de la iglesia es constante, lo cual indicaría que no se llega a la cantidad necesaria para el arreglo de todo lo que necesita.
La situación se agravará radicalmente el 4 de marzo de 1975, cuando un rayo alcanza el edificio y causa grandes destrozos en su fábrica y tejado.
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