viernes, 1 de mayo de 2015

La Cantera del Zorro: un nuevo asentamiento pre y protohistórico en la cuenca baja del río Guadalhorce (Málaga).

Artículo publicado en la revista Mainake, XXXIV / 2013 / pp. 355-362 / ISSN: 0212-078-X
José Antonio Santamaría García (CEFYP).
José Suárez Padilla (CEFYP).
Alfredo Mederos Martín (CEFYP. Universidad Autónoma. Madrid).



Antecedentes.

El horizonte pre y protohistórico del yacimiento de la Cantera del Zorro es el resultado de un hallazgo casual, realizado tras haberse producido un importante movimiento de tierras a finales del año 2001 vinculado a la construcción de un vial y zonas verdes de la barriada Huertas Altas, en Alhaurín de la Torre, Málaga. El material arqueológico recuperado procede de las terreras resultantes de dichos trabajos, que habían quedado acopiadas en el límite de dichas obras apoyando contra la ladera del cerro.

Fig. 1. Localización del yacimiento arqueológico de la Cantera del Zorro (Alhaurín de la Torre) en el marco de la Bahía de Málaga.



Fig. 2. Detalle de ubicación del yacimiento pre y protohistórico de la Cantera del Zorro.
La Cantera del Zorro era conocida como sitio arqueológico desde hace tiempo especialmente por su horizonte altomedieval, habiéndose propuesto que algunas de las construcciones practicadas en la roca fuesen estructuras de época mozárabe, con uso conventual[1]. El yacimiento se incluyó en la Actualización y Revisión del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía, apareciendo en la Base de Datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía, Municipio Alhaurín de la Torre, con las signaturas 290070026 y 290070027.

Se encuentra en la ladera baja de un suave promontorio que forma parte de las primeras estribaciones occidentales de la Sierra Llana, colindante con la Sierra de Mijas (Fig.1-2). La cota máxima del sitio es de 184 m.s.n.m, y una coordenada central UTM sería: X: 360002.00; Y: 4057834.00.

La roca arenisca está emergente en numerosos sectores, con evidencias de haber sido trabajada en distintas épocas y para distintos fines (Fig.3), que incluyen actividades de cantería en época moderna[2]. Algunas substrucciones, de planta circular con posibles accesos, podrían corresponder a cuevas artificiales de época prehistórica, aspecto difícil de comprobar ya que, en su mayoría, están lavadas por la erosión.


Fig. 3. Vista de la ladera Noroeste del yacimiento de la Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga. El material se localizó tras haber sido realizado el movimiento de tierra que se observa en primer término.
El asentamiento domina tierras de vega con buen potencial agrícola, y la inmediatez de la propia Sierra garantizaría la práctica de la ganadería y de actividades cinegéticas, resultando cómoda la posibilidad de acudir al litoral cercano y practicar posibles actividades pesqueras o de marisqueo. Tampoco se puede descartar un posible aprovechamiento de las cercanas mineralizaciones metálicas de la zona, destacando la riqueza en este tipo de recursos de sitios como el “Llano de la Plata”, con presencia de menas de cobre, plata, plomo e hierro.

Es necesario destacar, que la información arqueológica disponible sobre este yacimiento es aún muy escasa y preliminar. Aún así, el valor datante de algunos de los hallazgos, que permiten encuadrarlo en momentos avanzados de la Prehistoria Reciente y primeras relaciones con los fenicios, así como su ubicación en un ámbito geográfico de gran interés precisamente para la investigación de estos temas de “contacto cultural” durante la protohistoria del Sur de la Península Ibérica, aconsejan al menos aportar la noticia de su existencia, razón principal de este trabajo.

El material arqueológico.

Los hallazgos realizados en el sitio son de naturaleza diversa. Es significativa la presencia de industria lítica, tanto tallada como pulida. A la primera corresponden varias hojas denticuladas (Fig.4), con huellas de lustre, que permiten identificarlas como dientes de hoz. El predominio de este tipo de objetos dentro de los útiles identificados en los yacimientos de la Prehistoria Reciente de Málaga se vincula, por lo general, a sitios fechables en momentos del Bronce Inicial o Medio[3].

Fig. 4. Industria lítica tallada. Dientes de hoz. Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga.

Entre los objetos pulidos se encuentran varias manos de molino y una pieza con una acanaladura central, que recuerda considerablemente a los denominados “martillos de minero”, bien documentados en contextos del Suroeste de la Península Ibérica especialmente a partir de la Edad del Bronce, y con mayor frecuencia, en el Bronce Final[4] (Fig.5). No obstante, aunque las similitudes tipológicas con este tipo de piezas son evidentes, su pequeño tamaño obliga a ser cautos en cuanto a su adscripción funcional.

Fig. 5. Industria lítica pulimentada. Mano de molino y posible martillo de minero. Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga.


Otra interesante pieza en piedra pulimentada corresponde a un “brazalete de arquero”, del que se conserva un extremo, con una perforación. Estos objetos, son especialmente frecuentes en contextos funerarios, caso del Lagar de las Ánimas (Málaga)[5], pero están escasamente documentados en poblados. Un paralelo de estos últimos casos se conoce en la Fase VI del poblado de Capellanía (Periana), fechado a inicios del II milenio[6].

Dentro del conjunto de hallazgos, destaca la cerámica (Fig.6), mayoritariamente elaborada a mano, excepto un único caso, correspondiente al asa de un contenedor torneado. A nivel macroscópico, las producciones se identifican mayoritariamente con producciones locales, observándose desgrasantes de tamaño diverso compatibles con la geología local. Las cocciones se llevan a cabo en atmósferas mixtas, con acabados, que por lo general, aportan coloraciones grisáceas y parduscas en las superficies exteriores de los recipientes. Los tratamientos de las pastas van desde groseros a alisados, que son dominantes, y, ocasionalmente, bruñidos.

Dentro de las producciones a mano, se diferencian formas abiertas y cerradas. Sólo en dos casos identificamos motivos decorados. Con respecto a las formas abiertas, se cuenta con cuencos de perfil hemiesférico (CZ/SUP-09), junto a fuentes de borde biselado (CZ/SUP-01). Con respecto a los primeros, no aportan valor datante, aunque merece la pena recordar el protagonismo que alcanzan en yacimientos con secuencias del II milenio, especialmente en las fases atribuidas a momentos del Bronce Antiguo y Pleno, caso del Llano de la Virgen, donde se hacen especialmente frecuentes en los Estratos II y III[7]. Las fuentes de borde biselado sí permiten una mayor precisión cronológica. Se identifican en los niveles más profundos del Llano de la Virgen, concretamente en los Estratos IV y V, en el horizonte fechado a finales de la Edad del Cobre[8].



Fig. 6. Cantera del Zorro. Alhaurín de la Torre, Málaga. Material cerámico.
Entre las formas abiertas se encuentra el borde de un cuenco previsiblemente de perfil carenado, con borde exvasado y labio apuntado, decorado con un motivo inciso consistente en un zigzag conformado por tres líneas paralelas, que apoyan sobre otras dos horizontales (CZ/SUP-10). El mejor paralelo para esta pieza se localiza en la Fase VIII de Capellanía, en Periana, en un horizonte fechado a inicios del I milenio a.C.[9].

Con respecto a las formas cerradas, se cuenta con vasos de cuerpo globular, carena o inflexión y cuellos verticales (CZ/SUP-04), que remiten también a momentos del Bronce, con paralelos en el Cerro de la Peluca[10], así como ollas/orzas de perfil en “S”, típicas de momentos del Bronce Pleno en sitios como la Peña de los Enamorados (Antequera)[11], o el Llano de la Virgen, en los Estratos II y III[12]. Se han localizado fondos planos de vasos, propios también de momentos del Bronce Final.

Especialmente interesante resulta el fragmento de galbo de lo que debe de ser una pieza de perfil previsiblemente convexo-cóncavo (CZ/SUP-11). El tratamiento del fragmento es alisado, con desgrasante de tamaño medio-grande de naturaleza esquistosa, propio de la región. El trozo conservado se ubicaría en la proximidad del borde, y presenta decoración, consistente en una metopa a base de triángulos rellenos de líneas paralelas realizadas mediante incisión o puntillados poco marcados, sin relleno de pasta blanca, semejante a las variantes de la técnica de “boquique” presente en ejemplares del estrato V/Sur de la Cuesta del Negro (Purullena, Granada)[13]. El motivo decorativo también se recoge entre los de estilo Cogotas I documentados en Andalucía Occidental[14].

El único fragmento correspondiente a una pieza elaborada a torno es un trozo de un asa, que formó parte de un ánfora de tipología fenicia occidental (CZ/SUP-28). Elaborada en atmósfera oxidante, presenta desgrasantes compatibles con la geología local. Se trata de un contenedor de formato pequeño-medio, que podría corresponder previsiblemente a las producciones más arcaicas de este tipo de contenedores en el ámbito de Andalucía oriental, las T.10.1.3.1 o las T.10.1.1 de Ramon, fechables a la largo del siglo VIII a.C., presentes en las facies M1 y M2 descritas por el autor[15]. Por estas fechas, ya está documentada la producción de ánforas en los talleres cerámicos del Cerro del Villar[16].

La Cantera del Zorro en el marco del poblamiento de la Prehistoria Reciente y la Protohistoria de la Bahía de Málaga.
Desde finales del III milenio, es decir, en momentos del periodo conocido convencionalmente como Cobre Final, así como en los primeros momentos de la Edad del Bronce, el poblamiento de la comarca parece estar organizado en base a asentamientos de altura con buena visibilidad, que controlan tierras con posibilidades agropecuarias y que dominan las vías de comunicación más importantes. Las viviendas de estos poblados se disponen por lo normal a media ladera de los promontorios, sobre terrazas, acondicionadas para tal fin.

En la Bahía de Málaga destacan los poblados del Cerro de la Peluca o San Telmo[17]. El primero controla uno de los principales accesos naturales hacia el interior, sobre la margen izquierda del río Campanillas. En la dirección a la cuenca media del río destaca el Hacho de Pizarra, con un patrón de asentamiento semejante. Ya en las inmediaciones de Coín se localiza el importante poblado del Llano de Virgen[18], uno de los que, previsiblemente, mejores paralelos presentarían en su secuencia estratigráfica con la Cantera del Zorro, y de los pocos que estarían ocupados de forma aparentemente ininterrumpida a lo largo de la Edad del Bronce. Se ubica sobre un promontorio que conforma en su cima una plataforma de grandes dimensiones.

Las secuencias del denominado Bronce Tardío y de los primeros momentos del Bronce Final están mal representadas en la cuenca baja del Guadalhorce, de ahí el interés, entre otros aspectos, del yacimiento de la Cantera del Zorro. La cerámica con decoración tipo Cogotas I es uno de los referentes cronológicos del momento. Yacimientos de esta época se localizan en la cuenca media del río. Se trata de sitios aún mal conocidos, en los que se han detectado algunas cerámicas en superficie[19].

En el entorno de la Bahía de Málaga, el hallazgo de una orza de tipología del Bronce Final en la necrópolis del Cerro de la Peluca podría permitir plantear la continuidad del hábitat del sitio o de otro lugar inmediato en estos momentos[20].

Se ha propuesto que las desembocaduras de los ríos más importantes del Sur de la Península Ibérica fueron lugares idóneos para propiciar encuentros entre las poblaciones de finales de la Edad del Bronce y grupos de comerciantes procedentes del Mediterráneo central y oriental entre los siglos XIII-X a.C. La presencia de cerámicas tipo Cogotas I suele ser un referente arqueográfico para identificar los asentamientos de esta época, manifestando el interés local por el establecimiento en lugares con buenas posibilidades portuarias, sitios como el Peñón de Salobreña, la Ría de Huelva o la propia Bahía de Cádiz [21].

Los hallazgos realizados en la Cantera del Zorro permiten identificar este asentamiento como coetáneo a los anteriormente citados, evidenciando la existencia de poblamiento prefenicio en el entorno del estuario del río Guadalhorce, que se sumaría a los ámbitos ya descritos. En este sentido, durante el siglo IX asistimos a la creación en la Bahía de Málaga de sitios como San Pablo[22], localizado en una suave colina localizada en la margen derecha del río Guadalmedina. En el piedemonte de la Sierra de Mijas, pero hacia el Oeste, y también con clara vocación costera, surge el asentamiento del Cerro de la Era, que tendrá ya continuidad hasta época púnica[23].

Cambios en el poblamiento a partir del siglo IX a.C., con indicios para pensar en la existencia de un mayor interés indígena por la presencia en sitios cercanos al litoral se observan también en la costa oriental de Málaga, donde por estas fechas se constatan cambios en el poblamiento, que coinciden con el abandono de Capellanía (Periana) adquiriendo posiblemente un mayor protagonismo el Cerro de la Alcazaba de Vélez[24]. En el interior se observa continuidad en los asentamientos más importantes del milenio precedente, caso de Acinipo y Ronda[25].

Es en momentos del último cuarto del siglo IX y el primero del siglo VIII a.C., con presencia de cerámicas del Geométrico Medio II, cuando la presencia fenicia en el entorno de la desembocadura del río Guadalhorce quedaría atestiguada directamente gracias a los hallazgos realizados en el asentamiento de la Rebanadilla[26]. El hallazgo de materiales cerámicos del Bronce Final local en este lugar desde un primer momento, indicaría como desde sus orígenes este proyecto fue resultado de la consolidación de las relaciones establecidas con los vecinos poblados indígenas.

La presencia de un fragmento de ánfora fenicia arcaica en el yacimiento de la Cantera del Zorro indicaría que yacimientos como este, de la Edad del Bronce, localizados en el entorno de la desembocadura del río Guadalhorce, se incorporan a esta nueva coyuntura. Es destacable la circunstancia de que este tipo de contenedores se enmarcan dentro de los primeros bienes de consumo elaborados en las factorías fenicias que se distribuyen hacia los asentamientos indígenas de su periferia desde un principio[27].


En este sentido, sitios como la Cantera del Zorro se convierten en el referente que permite confirmar la existencia de un poblamiento previo e inmediato a la instalación estable de los orientales, y observándose las primeras evidencias materiales de los contactos establecidos con los mismos.

La consolidación de estas poblaciones foráneas en el bajo Guadalhorce entre los siglos IX-VIII a.C., lleva en paralelo la continuidad de antiguos poblados indígenas surgidos décadas antes, caso de San Pablo[28], y la creación de otros nuevos en la comarca. A esta fecha corresponderían los restos de cabañas detectados en la falda noroeste del promontorio de Cártama[29] el poblado de Taralpe Alto (Alhaurín de la Torre)[30], y hacia la cuenca media del río, sitios como la Hoz de Peñarrubia o Pico de Vado Real[31].

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Notas:

[1] Gozalbes, 1989.
[2] Baquero, 2010:57
[3] Marquez, 1998.
[4] Pérez y Rivera, 2012: 495
[5] Baldomero, 1997: 330
[6] Martín Córdoba, 1993-94: 26
[7] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 9.
[8] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 17.
[9] Martín Córdoba, 1993-94: 30.
[10] Baldomero, 1997: 331.
[11] Moreno, Ramos, 1982-1983.
[12] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 9.
[13] Molina González y Pareja, 1975: fig. 67/272.
[14] Amores y Rodríguez Hidalgo, 1984-85: 89 fig. 6/11.
[15] Ramon, 2010.
[16] Delgado, 2008.
[17] Baldomero, Ferrer, 1997.
[18] Fernández, Ferrer, Marqués; 1989-90.
[19] Martín et al., 2001: 175.
[20] Baldomero, 1985: 127.
[21] Delgado, 2010.
[22] Melero, 2004: 243.
[23] Cisneros y Suárez, 1999.
[24] Martín Córdoba, 1993-94.
[25] Carrilero, 2000: 205.
[26] Sánchez et al., 2012: 69 ilus. 2, 75 ilus. 12.
[27] García Alfonso, 2007.
[28] Fernández et al., 1997.
[29] Melero, 2012.
[30] Santamaría, Suárez, Ramón, 2012.
[31] Recio, Ramos, Martín, 1993.

domingo, 22 de febrero de 2015

Historia de Alhaurín de la Torre: Excavación Arqueológica de Urgencia en el Cerro Cadenas, Alhaurín de la Torre, 1998.


José Antonio Santamaría García.

Resumen.

Durante los meses de Mayo y Junio de 1998 se realizó una excavación arqueológica de urgencia en la ladera Noroeste del yacimiento arqueológico Cerro de las Cadenas, Alhaurín de la Torre, Málaga.  Esta excavación ha permitido comprobar las distintas fases de ocupación del yacimiento y la escasa cuantía de los materiales arqueológicos recuperados en esta zona.

Abstract.

In the months May and June of 1998 it was performed an emergency archaeological excavation in the Northeast slope of the Cerro de las Cadenas archaeological site, in Alhaurin de la Torre, Málaga.  This excavation has given us the chance of verifying the ocupation phases in this site and the lack of archaeological materials recovered in this zone.


1. Introducción.


          La realización de una serie de sondeos estratigráficos en el área protegida del yacimiento prehistórico del cerro de las Cadenas (Alhaurín de la Torre, Málaga) (1) obedece a la necesidad de efectuar una delimitación de la zona de caida Noroeste del cerro, con el fin de dictaminar la importancia de la ocupación del espacio durante época prehistórica, si la hubiere, de cara a una futura urbanización y edificación de esta zona, si procede, por parte del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, que tiene previsto construir en el área un conjunto de viviendas sociales. 


2. Descripción del solar.


          El área que nos ocupa tiene una extensión de 20.360,5 metros cuadrados, u una forma ligeramente irregular tendente a ser triangular; se encuentra en la ladera noroeste del Cerro de las Cadenas, del que recibe su nombre, pese a conocerse esta finca como Olivar del Conde.  Su inclinación, que empieza siendo suave, alcanza en algunos puntos más de un 10 % de desnivel, fruto, este, de movimientos de tierras y parcelaciones antiguas que han originado una fuerte erosión y desplome de algunos grandes bloques de sustrato sobre esta ladera.  La acción antrópica ha originado la perdida de gran parte de niveles basales de la zona, con la consiguiente perdida del  sustrato arqueológico.  Al mismo tiempo ha originado el aporte de materiales nuevos en las calles y desagues antiguosy algunas zonas han sido utilizadas como escombreras.


3. Aproximación histórica al área.


          El yacimiento que nos ocupa se encuentra localizado en las últimas estribaciones y piedemonte de la sierra de Míjas, con una altitud máxima de 102,38 m.s.n.m. se nos presenta como un pequeño promontorio ligeramente amesetado en su cumbre con una suave inclinación con respecto al territorio colindante, excepción que hemos de hacer en su ladera noroeste, en la que la inclinación llega a alcanzar hasta un 10% de desnivel, que es fruto, entre otras causas, de movimientos de tierra realizados para urbanizar el espacio, esto ha originado el desplome y desplazamientos de grandes masas de material de la cima del cerro, con la correspondiente perdida de superficie.

          Desde este cerro tenemos un amplio dominio visual de la llanura de inundación del río Guadalhorce, zona muy fértil de cara a un aprovechamiento agropecuario del entorno, otro hecho de trascendental importancia de cara a evaluar la ocupación más temprana del emplazamiento son los aportes erosivos de la sierra de Míjas, elementos que fuertemente rodado nos dan materiales muy importantes para una actividad industrial durante la prehistoria, estos son nódulos de pequeño y mediano tamaño de  sílex y  cuarcita, amén de un sinfín de otros minerales en cantos rodados, sirviendo de materia prima para la elaboración de productos líticos manufacturados, de los que nos han quedado evidencias.
           
          Desde este cerro tenemos un amplio dominio visual de la llanura de inundación del río Guadalhorce, zona esta, muy fertil de cara a un aprovechamiento agropecuario del entorno; otro hecho de trascendental importancia de cara a evaluar la ocupación más temprana del emplazamiento son los aportes erosivos de la sierra de Míjas, elementos que fuertemente rodados nos dan materiales muy importantes para una actividad industrial durante la prehistoria, estos son nódulos de pequeño y mediano tamaño de silex y cuarcita, amén de un sifin de otros minerales en cantos rodados, sirviendo de materia prima para la elaboración de productos líticos manufacturados, de los que nos han quedado evidencias.  Al mismo tiempo el propio río Guadalhorce ha servido como una de las principales arterias de comunicación, en la antiguedad, entre dos realidades ecónomicas diferentes: las poblaciones costeras, más vinculadas a un aprovechamiento del ecosistema marino, y al mismo tiempo más abiertas a recibir influjos e intercambios culturales vía maritima.  Y por otro lado sociedades más vinculadas al aprovechamiento de la tierra, abierta a influjos culturales vía Baja Andalucía.  El yacimiento del Cerro de las Cadenas se encuentra en un punto intermedio costa/interior, jugando un importante papel de control pues desde el se divisa todo el bajo valle del Guadalhorce y su zona de desembocadura.

          El yacimiento es dado a conocer por Carlos Gozalves Cravioto, que nos da noticias de una villa romana (2), con la aparición de cerámicas y monedas, con posterioridad tenemos noticias que nos hablan de la utilización del espacio como taller lítico (3) en  distintos momentos culturales y una utilización del espacio como hábitat durante la Prehistoria Reciente.(4)


4. Síntesis  Geológica.


          Morfológicamente podemos hablar, en la zona objeto de estudio de la aparición de grandes zonas sin vegetación en las que afloran grandes bloques de conglomerados cuyo origen geológico hay que buscarlo en la erosión y desplazamiento del nivel pliocuaternario que es el nivel geológico de techo de la parte superior del cerro (5), fruto del deslizamiento causado entre el nivel superior y el nivel de arcillas inferior de origen marino (6), así como la aparición de grandes afloramientos de este nivel de base de arcillas pliocénicas de tonalidad verde amarillenta, que es completamente estéril para nuestros intereses.   También documentamos amplias zonas donde se ha desarrollado, de antiguo, grandes movimientos de terreno y rebajes, fruto de una parcelación antigua del sector, además de una amplia zona de escombrera que se corresponde con la delimitación de la finca hacia el  oeste, donde nos encontramos una calle pavimentada y la Urbanización El Cordobés; y el relleno de algunas zonas con materiales de fuera para la realización de los viales que actualmente existen.


5. Planteamiento metodológico.


          Dada las grandes dimensiones del área objeto de estudio, más de 20.000 metros cuadrados (7), hemos planificado la intervención en dos fases bien diferenciadas: Prospección y Excavación.
                          
5.1. Prospección Arqueológica.

          Esta fase de intervención se ha centrado en el área objeto de estudio, aunque también hemos aprovechando la oportunidad para tener una visión más concreta, a través de la prospección, de todo el yacimiento y de su entorno inmediato.

          La prospección de la finca Olivar del Conde, nombre que recibe esta parcela, o parcelas R 1 y R 2 de la Urbanización "El Cordobés" (8), nos ha dado como resultado de la investigación la aparición material arqueológico, que aparece relacionado con el proceso erosivo de la cima del cerro, no podemos olvidar que nos encontramos en una zona de ladera, caida este, donde el aporte erosivo en determinados puntos es muy relevante, inclinación de más del 10%. El material arqueológico aparece en una escasa proporción, y más bien hemos de considerarlos como hallazgos aislados, sin embargo documentamos un sector, zona noreste, dentro de esta finca, en el que podemos observar en superficie un gran número de restos arqueológicos, esta zona se encuentra fuertemente condicionada por la pendiente del cerro siendo el lugar donde esta es más pronunciada, por lo que tenemos que volver a considerar como origen de este material el proceso de lavado y erosión de la superficie de la cima del cerro.

          Del mismo modo en la zona más cercana a la antigua construcción hidráulica abandonada, zona de pendiente norte, zona fuera del objeto de este estudio, hemos documentado la aparición de material arqueológico romano.            

Tras esta primera fase de la investigación podemos obtener como conclusión que existe material arqueológico aislado completamente  descontextualizado y un sector donde aparece una bolsada de material, directamente relacionado con la aparición de unas tierras de tonalidad rojiza con fuerte componente arcilloso.
               
5.2. Excavación

          En el proyecto inicial de la excavación habíamos desarrollado como planteamiento metodológico la realización de dos sondeos de 4 x 2 m, una vez analizado el terreno observamos que estas dimensiones no eran las más adecuadas dada la gran extensión del área, por lo que hemos optado por utilizar unas medidas inferiores de 2 x 1 m. y de 2 x 2 m., al mismo tiempo hemos realizado un número superior de sondeos , un total de siete,  pese a que la anterior fase de prospección nos redujo el área de intervención de la zona noroeste de la finca, hemos de observar que las todas las mediciones topograficas han sido realizadas por tecnicos del área de Urbenismo del Ayuntamiento de Alhurín de la Torre.

          Metodológicamente se ha seguido la estratigrafía natural, documentándose todas las unidades estratigráficas, estas han quedado reflejadas en las distintas plantas, perfiles y con fotografías a color y diapositivas.


5. 2. 1. Corte 1.

            El Corte se corresponde con unas medidas de 2 x 1 m. sus coordenadas U. T. M. en sus ángulos son las siguientes:  A: x=360986.463, y= 4059300.006.  B: x=360985.520, y=4059300.478.  C: x=360986.496, y=4059302.244. D: x=360987.381, y=4059301.810. Se ubica un punto de referencia para tomar las distintas medidas de profundidad. (Véase plano de situación)  Estratigraficamente, de techo a muro, nos encontramos con los siguientes niveles:

U. E. 1. que se corresponde con un nivel superficial de tonalidad rojiza y componente arcillosa, con algunos cantos y gravas de pequeño tamaño fuertemente rodados, este nivel es de escaso grosor y no se documenta en toda la superficie del corte, tan sólo cobra algo de consistencia y de profundidad en las cercanías del perfil norte, donde se encuentra rellenando una grieta de la unidad estratigrafica que le sucede.  Nivel arqueológicamente estéril.

U. E. 2.  Se corresponde con un nivel fuertemente cementado formado por un gran número de piedras de gran tamaño e irregulares y cantos rodados, este nivel se corresponde a niveles básales del cerro. Nivel arqueológicamente estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de -0,80 m.


5.2.2. Corte 2

Este corte se ubica en la mancha o bolsada anteriormente descrita de tierras rojizas, donde se aprecia en superficie material arqueológico.  Tiene unas medidas de 2 x 2 m. Las coordenadas U. T. M. de sus ángulos  son: A: x=360994.229, y=4059315.179. B: x=360992.532, y=4059316.486. C: x=360993.807, y=4059318.059. D: x=360995.406, y=4059316. Se procede a poner un punto de referencia para poder dar distintas medidas de profundidad. (Véase plano de situación)  Una vez documentado el material arqueológico de superficie iniciamos su excavación, dando como resultado la siguiente secuencia estratigrafica:


U. E. 3. Nivel muy superficial de tierra vegetal con una coloración más oscura por la descomposición de materia orgánica. Se documentan algunos amorfos cerámicos e instrumentos líticos. 

U. E. 1. Se corresponde perfectamente con la unidad 1 documentado en C-1, con la salvedad de que en este caso aparece material arqueológico.  Se documentan fragmentos de cerámica a mano y hallazgos líticos

U. E. 4. Su componente es exclusivamente arcillosa desapareciendo las gravas y cantos de pequeño grosor, su tonalidad es ligeramente más oscura, y se encuentra muy compactada.  Nivel estéril.

U. E. 5.  Su matriz es muy arenosa  de grano fino, su tonalidad clara con sectores donde van del anaranjado al beige, y su grado de compactación o cementación es variable apareciendo algunos puntos donde este nivel ha desembocado en la creación de arenisca, aparece dentro de este nivel algunos cantos de pequeño y mediano tamaño. Nivel estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de -1,287 m.


5.2.3. Corte 3.

Este corte se ubica en la extremidad sur de la finca, lugar donde se aprecia en superficie una coloración rojiza.  Tiene unas medidas de 2 x 2 m. Las coordenadas U. T. M. de sus ángulos  son: A: x=360941.279, y=4059176.158. B: x=360939.721, y=4059177.403. C: x=360940.926, y=4059179.033. D: x=360942.448, y=4059177.303..  Se procede a poner un punto de referencia para poder dar distintas medidas de profundidad. (Véase plano de situación) Una vez documentado la planta inicial o de superficie iniciamos su excavación, dando como resultado la siguiente secuencia estratigrafica:


U. E. 1. De ella tan sólo nos ha quedado una ligera coloración rojiza que ha tintado a la unidad estratigrafica siguiente.

U. E. 6. Esta unidad es idéntica a la unidad estratigrafica 3, con las siguientes salvedades: es mucho mas arenosa, de grano más grueso, y destaca la nula aparición de piedras, cantos y gravas, en algunos puntos del corte se ha cementado, dando lugar a la aparición de bloques de arenisca.  Su color oscila entre  amarillo/beige y tonalidades anaranjadas. Nivel estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de - 0,807 m.


5.2.4. Corte 4

Este corte se ubica en la zona central de la finca, las coordenadas U. T. M. de sus ángulos son: A: x=360958.446, y=4059219.747. B: x=360956.490, y=4059219.841. C: x=360956.538, y=4059220.898. D: x=360958.560, y=4059220.781.  Con unas medidas de 2 x 1 m. se procede a poner un punto de referencia para dar las cotas de profundidad, (Véase plano de situación) una vez realizada la documentación inicial realizamos su excavación, dando como resultado la siguiente estratigrafía:

U. E. 7. Se compone de pequeños y medianos cantos rodados mezclados con una tierra de coloración rojiza y componente arcillosa.  Nivel estéril.

U. E. 8.  Esta unidad es similar a la U. E. 3. Pero entre sus componentes aparecen pequeños nódulos de cal, siendo su coloración más blanquecina.  Nivel geológico estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de -0,985 m.


5.2.5. Corte 5.

Se plantea este corte por encima de C- 4.  Con unas medidas de 2 x 1 m. las coordenadas U. T. M. de sus ángulos son: A: x=360978.523, y=4059218.861. B: x=360976.557, y=4059219.394. C: x=360976.845, y=4059220.380. D: x=360978.834, y=4059219.832.  Se procede a poner un punto de referencia para dar las cotas de profundidad, (Véase plano de situación) una vez realizada la documentación inicial realizamos su excavación, dando como resultado la siguiente estratigrafía:


 U. E. 1.  Se documenta en una pequeña bolsada fruto de la acometida de una tubería moderna.  Nivel estéril

U. E. 2.  Aquí las piedras que aparecen son de mediano y pequeño tamaño, con fuerte rodamiento y parcialmente cementado.  Nivel geológico completamente estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de -0,673 m.


5.2.6. Corte 6.

            Dado que todos los sondeos efectuados son estériles, excepto el C 2. Optamos por concentrar las actuaciones en el área próxima a C-2. Con el fin de documentar más detenidamente la U. E. 1.  Se plantea este corte dejando un testigo de un metro con respecto a  C- 2. Con unas medidas de 2 x 2 m. las coordenadas U. T. M. de sus ángulos son: A: x=360996.003, y=4059317.555. B: x=360994.367, y=4059318.786. C: x=360995.678, y=4059320.359. D: x=360997.161, y=4059319.090. Se procede a poner un punto de referencia para dar las cotas de profundidad, (Véase plano de situación) una vez realizada la documentación inicial realizamos su excavación, dando como resultado la siguiente estratigrafía:


U. E. 3. Nivel muy superficial de tierra vegetal con una coloración más clara por la descomposición de materia orgánica. Se documentan algunos amorfos cerámicos e instrumentos líticos. 

U. E. 1. Se corresponde perfectamente con la unidad 1 documentado en C-1, con la salvedad de que en este caso aparece material arqueológico.  Se documentan fragmentos de cerámica a mano y hallazgos líticos

U. E. 4. Su componente es exclusivamente arcilloso desapareciendo las gravas y cantos de pequeño grosor, su tonalidad es ligeramente más oscura, y se encuentra muy compactada.  Nivel estéril.

U. E. 5.  Su matriz es muy arenosa  de grano fino, su tonalidad clara con sectores donde van del anaranjado al beige, y su grado de compactación o cementación es variable apareciendo algunos puntos donde este nivel a desembocado en la creación de arenisca, aparece dentro de este nivel algunos cantos de pequeño y mediano tamaño. Nivel estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de –1,210 m.


5.2.7. Corte 7.

Se plantea este corte dejando un testigo de un metro con respecto a  C- 6. Con unas medidas de 2 x 2 m. las coordenadas U. T. M. de sus ángulos son: A: x=360997.755, y=4059319.911. B: x=360996.296, y=4059321.157. C: x=360997.589, y=4059322.701. D: x=360998.986, y=4059321.532.   Se procede a poner un punto de referencia para dar las cotas de profundidad, (Véase plano de situación) una vez realizada la documentación inicial realizamos su excavación, dando como resultado la siguiente estratigrafía:


U. E. 3. Nivel muy superficial de tierra vegetal con una coloración más clara por la descomposición de materia orgánica. Se documentan algunos amorfos cerámicos e instrumentos líticos. 

U. E. 1. Se corresponde perfectamente con la unidad 1 documentado en C-1, con la salvedad de que en este caso aparece material arqueológico.  Se documentan fragmentos de cerámica a mano y hallazgos líticos

U. E. 4. Su componente es exclusivamente arcillosa desapareciendo las gravas y cantos de pequeño grosor, su tonalidad es ligeramente más oscura, y se encuentra muy compactada.  Nivel estéril.

U. E. 5.  Su matriz es muy arenosa  de grano fino, su tonalidad clara con sectores donde van del anaranjado al beige, y su grado de compactación o cementación es variable apareciendo algunos puntos donde este nivel a desembocado en la creación de arenisca, aparece dentro de este nivel algunos cantos de pequeño y mediano tamaño. Nivel estéril.

Este corte se profundiza hasta una cota relativa de - 0,95 m.


6. Estudio de los restos materiales.


            Los únicos materiales que nos interesan son los documentados en los sondeos C-2, C-6 y C-7. Además de los materiales documentados en la zona de caida Norte del cerro, el resto de los materiales documentados en la fase de prospección se corresponden con hallazgos líticos dispersos y de escasa importancia en cuanto a cantidad y a calidad.  Estos materiales, que dada la naturaleza del terreno que estudiamos, con laderas que tienen, en algunos puntos, un ángulo muy elevado de inclinación, se encuentran fuertemente condicionados por la escorrentía y procesos erosivos, lo que origina en algunos casos un grado de rodamiento muy alto, se corresponden con la unidad estratigráfica U.E.3. y U.E.1., pero dado que realmente se corresponden con la misma unidad, y su única diferencia es que U.E.3. es un poco más oscura por la descomposición de materia orgánica, hemos optado por no diferenciar en el estudio de materiales U.E.3. y U.E.1.  Los materiales recuperados nos apuntan a la utilización de este espacio en varios periodos culturales bien diferenciados. Hemos de reseñar que el material recuperado ha sido muy escaso, por lo que las conclusiones culturales que de el se saquen deben de estar condicionadas a los resultados de una futura intervención en la cima del cerro, de donde procede primariamente la cultura material que hoy estudiamos.


6.1. Corte 2

            El material arqueológico recuperado durante la fase de excavación es fundamentalmente material lítico y cerámico.

            En material cerámico, se documenta un total de treinta y dos fragmentos de cerámica realizada a mano, como tónica general este material presenta un grado de rodamiento de medio a fuerte, cosa lógica por la ubicación del corte en una zona de fuerte ladera, de estos treinta y dos fragmentos tan sólo siete se corresponden con bordes de formas cerámicas, siendo las formas documentadas las siguientes: tres fragmentos de bordes de piezas hemisféricas, dos fragmentos de borde de ollas, piezas que tienden a cerrarse en su borde, teniendo uno de los ejemplares una ligera inflexión o carenamiento muy cerca del borde, y un fragmento de borde de una escudilla o plato de fondo muy bajo con un borde exvasado, existe un fragmento de un gollete o cuello de una pieza que debió de tener forma de botella, su morfología es cilíndrica.

            Decoración, hemos documentado cuatro fragmentos cerámicos en los que se aprecian restos de engobe rojo, almagra, un fragmento que conserva el arranque de un S.P.S.  mamelón, y dos fragmentos que presentan líneas incisas, esgrafiadas. que debieron de tener una funcionalidad decorativa, pero cuyo motivo se nos escapa, presenta un fragmento cuatro líneas paralelas, el otro fragmento presenta dos líneas principales sobre las que se adosan otras de carácter secundario creando un motivo de carácter ramiforme.

            En el tipo de cocción tenemos documentados un amplio predominio de los fuegos reductores con veintitrés fragmentos, seis que presentan cocción oxidante y tres con cocción continua. Por último hemos de reseñar que las superficies de las piezas presentan un tratamiento como norma general de alisado, aunque hemos de resaltar que al ser materiales muy rodados, no podemos pronunciarnos más a este respecto, presentan superficies internas de coloración negruzca, mientras las superficies externas presentan una gama de coloración rojiza. El desgrasante utilizado y documentado es preferentemente mica, con aparición de  cuarzos, de pequeño y mediano tamaño. 

            En cuanto a industria lítica hemos recuperado un total de sesenta y nueve fragmentos, teniendo un claro predominio del sílex como material con respecto a la cuarcita, esta de grano muy fino y de tonalidad rojiza tan sólo aparece en dos ejemplares. El material lítico morfológicamente es muy pobre, y poco significativo, tan sólo hemos documentado dos  piezas que podamos identificar con herramientas, son una lasca, en sílex, de mediano tamaño, que presenta un frente de raedera y un denticulado y una gran lasca de cuarcita con un denticulado y retoques de uso; el resto del material se corresponde con tres pequeños nódulos de sílex, dieciséis esquirlas líticas en sílex, diez fragmentos de núcleos globulares en sílex de pequeño tamaño, un núcleo de forma prismática en sílex y uno de cuarcita de forma prismática, dieciséis lascas/laminas de pequeño tamaño, de descortezado, presentando tres de ellas posibles retoques de uso, diecisiete laminitas/lasquitas de silex sin retoque, dos lascas sin retoque, una pieza que pudiera corresponderse a un buril, y una pequeña pieza sobre canto que se puede interpretar como un canto con talla bidireccional.


6.2. Corte 6.

            El material arqueológico recuperado en este sondeo se aglutina en los dos bloques anteriormente utilizados: material cerámico y material lítico.

            Material cerámico, contamos con un total de veintiún fragmentos cerámicos, que presentan un grado de rodamiento de medio a alto, todos están elaborados a mano, de ellos veinte se corresponden a fragmentos amorfos y un fragmento se corresponde con un borde de una fuente o plato carenado, de cuya inflexión surge un borde exvasado; este fragmento presenta una perforación de forma redondeada, que debió de servir para insertar algún elemento de sujección o colgado.

            Dominan los fuegos reductores, con un total de quince fragmentos, estando representados en menor medida los fuegos oxidantes, cuatro fragmentos, y la cocción contínua, con tan sólo dos fragmentos.

            Por lo general las superficies se encuentran alisadas, hemos observado algunos ejemplos de bruñido, y un fragmento que no presenta ningún cuidado en su superficie externa.

            Las superficies externas pasan por una gama de coloración que va desde las superficies rojizas hasta las anaranjadas, por contra las superficies internas son de tonalidad oscura, desde el negro a las marronaceas.  El desgrasante utilizado suele ser mica y cuarzo fuertemente triturado con un grosor muy fino, salvo un fragmento que presenta un desgrasante de mediano a grueso tamaño, de mica.
 
            Material lítico, se han rescatado un total de treinta y siete piezas realizadas en piedra, de las cuales treinta y seis están realizadas en sílex y tan sólo una esta realizada en cuarcita, este material  se corresponde con: cinco núcleos de sílex de pequeño tamaño, siete laminas de descortezado en sílex, tres esquirlas líticas en sílex, una gran lasca de cuarcita en la que se aprecian dos filos retocados con sendas raederas convergentes, dando a la pieza una fisonomía apuntada, diez laminitas/ lasquitas con y sin retoques de uso, y la extremidad distal de una hoja en sílex.


6.3. Corte 7.

            De este sondeo se han documentado un total de catorce fragmentos cerámicos, de los cuales trece están realizado a mano y un fragmento a torno.

            Todo el material es amorfo, y tan sólo hemos de reseñar la aparición de un fragmento de considerable grosor que presenta restos de lo que debió de ser un cordón decorativo, esta pieza presente un desgrasante de considerable grosor, el resto  presenta superficies poco cuidadas, a lo sumo alisadas, con desgrasante de mica y cuarzo de tamaño fino y superficies rojizas exteriores y oscuras al interior, destaca la cocción reductora con siete fragmentos, cinco con fuegos oxidantes y tres con cocción continua. 

            Material lítico, contamos con cincuenta y un fragmentos, de los cuales cuarenta y siete son de sílex y cuatro son de cuarcita roja.

            Los elementos de cuarcita se corresponden a : una laminita de descortezado, una lasca con retoque de uso, un fragmento de cuarcita que presenta una superficie lisa completamente pulida, y un canto apuntado que presenta, en una de sus aristas, un denticulado esta pieza se encuentra muy rodada.

            En cuanto al sílex tenemos: veinte y ocho fragmentos de descortezado, dos lascas de descortezado con retoque de uso, dos esquirlas líticas, tres núcleos globulares de pequeño tamaño, un fragmento de un núcleo prismático casi agotado, cuatro lasquitas con retoque de uso, cuatro laminitas sin retoque, una lasquita muy rodada con un posible frente de raedera, una lasca con un denticulado, y una lamina con retoque de uso.

7. Interpretación cultural

            De cara a interpretar culturalmente los materiales rescatados durante el proceso de investigación hemos de apuntar, una vez más la escasa cuantía del material, además tipológicamente este material es muy pobre con un escaso porcentaje de formas y útiles, por lo que lo único que podemos hacer es una primera valoración del verdadero potencial arqueológico del yacimiento en una fase postdeposicional.
            En cerámicas nos encontramos con un total de sesenta y ocho fragmentos cerámicos, de los cuales cincuenta se corresponden a fragmentos amorfos, por lo general presentan unas superficies cuando menos cuidadas, y un alto predominio de los fuegos reductores con cuarenta y cinco fragmentos, quince oxidantes y ocho de cocción continua. En cuanto a técnicas decorativas contamos, al menos, con cuatro fragmentos decorados con almagra, un fragmento con posibles restos de engobe negro y restos de un cordón, y dos fragmentos con motivos esgrafiados.  Las formas son muy escasas, tan sólo contamos con tres piezas hemiesféricas, dos ollas, un fragmento de cuello de botella,  fuente o plato carenado, de cuya inflexión surge un borde exvasado y una escudilla o plato de fondo muy bajo con un borde exvasado. El horizonte cultural que nos presenta las cerámicas recuperadas nos muestran un conjunto de piezas con un amplio predominio de formas lisas, que cuentan con pervivencias de elementos claramente neolíticos como son: el fragmento de cuello de botella, los restos de engobe rojo,  posible almagra, los grandes cordones decorativos; con piezas de una cronología superior como es el platito con el labio exvasado y la fuente o plato de borde carenado, con una cronología calcolítica; mezclados con elementos que tienen una cronología más amplia, como son  las formas hemisféricas y las ollas.  Existe un fragmento cerámico realizado a torno que se debe de corresponder con la ocupación del espacio con el momento culturalmente encuadrable como romano.

            El material lítico es poco significativo, en industria lítica contamos con un total de ciento cincuenta y siete elementos de los cuales noventa y nueve  se corresponden con distintos momentos de preparación y devastado de los núcleos, podemos encontrar dos materias primas que son el sílex y la cuarcita roja de grano fino, con un amplio predominio del sílex 150 con respecto a la cuarcita 7. Dentro de este lote podemos apreciar varias tecnologías bien diferenciadas que son: unas piezas de formato grande que nos recuerda una industria arcaíca, que se correspondería con un conjunto de piezas compuesto por 8 ejemplares que se corresponden con una industria de grandes lascas y dos cantos trabajados que como mucho podríamos fechar en un horizonte Paleolítico Medio indeterminado. El segundo lote se correspondería a una industria de formato pequeño, que es la más abundante,  en el que se encuentran indistintamente lasquitas y laminitas, con un escaso porcentaje de útiles, y por último la extremidad distal de una hoja larga. La industria microlítica podríamos asignarla genéricamente a horizontes culturales neolíticos. El fragmento de hoja la podríamos relacionar con momentos claramente calcolíticos.

          Con los datos de que disponemos sólo podemos hacer una serie de indicaciones culturales que deberán ser refrendadas con futuras intervenciones en la parte superior del cerro, y que a buen seguro nos darán una definición cultural más concreta.

Podemos alcanzar a decir que el lugar tiene cierta tradición como taller lítico, remontándose sus orígenes, al menos, a un momento musteriense, y perviviendo hasta al menos el calcolítico.  En otro orden de cosas es posible que el lugar se ocupe como lugar de habitación en un momento de transición del neolítico al calcolítico. (9)  Para terminar este espacio vuelve a ocuparse en época romana, este momento se encuentra localizado en la zona de caida norte y ha sido documentado durante la fase de prospección, podríamos encuadrarlo cronológicamente como Bajo Imperio, o quizás antigüedad tardía, con la aparición de algunos fragmento de Terra Sigillata Clara, Amorfa y muy rodada; una pesa de telar, un fragmento de vidrio correspondiente al cuello de un lacrimal, y abundantes restos de tégulas e ímbrices.  Por lo que a falta de más datos en que basarnos hemos de suponer una ocupación del área, con una cronología indeterminada y que quizás pudiera corresponderse con la ocupación del sector como lugar de hábitat o  de necrópolis.(10)

Pensamos que una investigación más pormenorizada del yacimiento puede ser de especial importancia para el conocimiento del transito entre diferentes modos de vida, este asentamiento como su homónimo del arroyo del Quejigal (11) nos hablan de un cambio en el patrón de asentamiento de la cueva al aire libre. Por otra parte el yacimiento que hoy estudiamos se encuentra en una zona fuertemente ocupada durante la prehistoria, con talleres líticos de similares cronologías que siguen el mismo patrón de ubicación suaves colinas en el piedemonte de la sierra de Mijas, y a una distancia muy cercana, como son entre otros: Capellanía, Cortijo Tabico, El Retiro...(12) Otros talleres que aprovechan las terrazas del río Guadalhorce a su paso por las tierras de este municipio, como son los numerosos talleres de la zona del Romeral (13),  Tenemos documentados varios poblados prehistóricos en la zona, que se encuentran muy cerca de este yacimiento como son: Cantera del Zorro, o Cerro de la Cueva de la Pistola (14).

Para terminar hemos de decir que conforme avancen los trabajos de prospección  y excavación en la zona, estaremos en disposición de estructurar la dinámica de población, durante la Prehistoria, del bajo valle del  río Guadalhorce.

8. Bibliografía.

FERNÁNDEZ, J. (1998). Factores que intervienen en la situación de los asentamientos durante las primeras etapas metalúrgicas en la provincia de Málaga. Baetica nº 11, págs. 195-210.

GOZALVES, C. (1986). Las vías romanas de Málaga. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería, nº 25. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Madrid.

MÁRQUEZ, J.; FERNÁNDEZ, L. (1997). Los asentamientos humanos en las fases iniciales de la Edad del Cobre en la provincia de Málaga.  Coloquio sobre el Calcolítico Peninsular. Beira Interior, Portugal.  

MARTÍN, J. C. (1994). El transito del Neolítico al Calcolítico en el litoral sur-oeste peninsular.  Ministerio de Cultura.  Madrid,

PELLICER, M. y ACOSTA, P. (1997). El Neolítico y Calcolítico de la Cueva de Nerja en el contexto andaluz, Trabajos sobre la cueva de Nerja, nº 6, Petronato de la Cueva de nerja, Málaga.

Reconocimiento Geotécnico de las parcelas R1 y R2 de la Urbanización "El Cordobés" de Alhaurín de la Torre. Realizado por Empresa de Asistencia Técnica  y Geotecnia S. L

SANTAMARÍA, J. (1994). El Cerro de las Cadenas. Informe presentado a la Junta de Andalucía el 26 de Abril de 1.994, con Registro de Entrada nº 1.848.

SANTAMARÍA, J. (1995). Un nuevo asentamiento al aire libre en el Cerro de la Cueva de la Pistola, Alhaurín de la Torre (Málaga). Actas del XXIII Congreso Nacional de Arqueología.  Elche.


9. Notas:

(1) El espacio catalogado y protegido, como yacimiento arqueológico, por la Junta de Andalucía tiene las siguientes coordenadas U.T.M. que lo delimitan: A: 360.920 / 4.059.490.  B: 361.185 / 4.059.580.  C: 361.500 / 4.059.580.  D: 360.930 / 4.059.060.  E: 360.880 / 4.059.250.

(2) Gozalves Cravioto, C.: "Las vías romanas de Málaga". Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería, nº 25. Madrid, 1986. Pág. 319 y 324.

(3) Santamaría García, J. A.: "El Cerro de las Cadenas" Informe presentado a la Junta de Andalucía el 26 de Abril de 1.994, con Registro de Entrada nº 1.848. Y Santamaría García J. A.: "Alhaurín de la Torre, Apuntes Históricos y Arqueológicos para el análisis del poblamiento en un territorio. Desde sus orígenes hasta la Reconquista". Memoria de licenciatura en fase de ejecución.

(4) Veáse nota 3.

(5) Reconocimiento Geotécnico de las parcelas R1 y R2 de la Urbanización "El Cordobés" de Alhaurín de la Torre. Realizado por Empresa de Asistencia Técnica  y Geotecnia S. L.

(6) Veáse nota anterior.

(7) Según planos de la propiedad  20.306,5 metros cuadrados.

(8) Nomenclatura utilizada por la Oficina Técnica Municipal del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre.

(9) La cultura material para ambientes de Calcolítico Inicial en Málaga ha sido recientemente caracterizada, y destaca por la presencia de platos y fuentes carenadas, bordes engrosados, aparecen ollas y ollitas y en ocasiones algún gollete, en decoración destaca la presencia de algún fragmento de almagra. Márquez Romero, J. E.: "Los asentamientos humanos en las fases iniciales de la Edad del Cobre en la provincia de Málaga.  Coloquio sobre el Calcolítico Peninsular. Beira Interior, 1997. Portugal.

(10) Este cerro aparece en alguna cartografía utilizada como Cortijo Hueso, siendo un topónimo que bien podría interpretarse como la denominación surgida al haber aparecido algún tipo de enterramiento.

(11) Aunque la investigación en el horizonte cultural Neolítico Final transito al Calcolítico, en asentamientos al aire en la provincia de Málaga se encuentra mal caracterizada e investigada, poco a poco van surgiendo nuevos habitats y se va teniendo una visión más global sobre el tema, así en la actualidad tenemos dos áreas geograficas bien diferenciadas, costa e interior. Con todos los condicionantes impuestos, parece ser que existe un pauta o patrón de asentamiento que se repite: pequeñas unidades de habitat con caracter estacional que se asientan en suaves elevaciones del terreno, en cotas comprendidas entre los 90 y 160 m.s.n.m.  Entre  otros podemos destacar: Tragalamocha, en Nerja, Cerro Cabello, Cerro Coronado... Márquez Romero, J. E.: "Los asentamientos humanos en las fases iniciales de la Edad del Cobre en la provincia de Málaga.  Coloquio sobre el Calcolítico Peninsular. Beira Interior, 1997. Portugal.

(12) Veáse nota 3.

(13) Veáse nota 3.

(14) Veáse nota 3. Y  Santamaría García, J. A. et alii. :"Un nuevo asentamiento al aire libre en el Cerro de la Cueva de la Pistola, Alhaurín de la Torre (Málaga)". Actas del XXIII Congreso Nacional de Arqueología. Elche, 1995.