José Antonio Santamaría García
INTRODUCCIÓN
A principios del
mes de Abril del año 2002, durante los trabajos y movimientos de tierra que se
estaban realizando en el paraje conocido como los Caracolillos, en las
proximidades de la Venta
Vázquez, para la
Variante y Circunvalación del casco urbano de Alhaurín de la Torre, se produce el
hallazgo fortuito de restos arqueológicos; estos restos se encontraban en los
terraplenes de la carretera, por lo que al estar al descubierto y a la vista
nos inducen a pensar en su pronta perdida, vía expoliación.
Fotografía Detalle del hallazgo del cráneo.
A partir de este
momento entramos en contacto con los organismos implicados en dicha obra, hasta
conseguir los correspondientes permisos para poder realizar una pequeña
intervención arqueológica de limpieza y documentación de los restos aparecidos,
para ello identificamos tres áreas de intervención:
1
Posible estructura funeraria, en el talud podemos observar una gran laja de piedra,
desprendida de su posición original, pero relacionada con restos óseos
craneales, cortados por la maquina. y restos de un hueso largo posible húmero
que se encontraba presumiblemente relacionado con el cráneo.
2
Alineación de lajas de piedra, de tamaño y grosor homogéneo, cortadas en el perfil
por la maquina, que pudieran corresponderse con otra estructura funeraria.
3
Lajas de piedras conservadas en superficie, dos horizontales y una tercera
vertical, que se encuentran a 1
m escaso de la zona de talud de la carretera.
Fotografía Detalle de la tumba antes del inicio de los trabajos.
Los trabajos de
campo se han desarrollado desde el día 20 de Junio hasta el día 24 de Junio,
ambos inclusive, durante este periodo de tiempo se han examinado las tres áreas
objeto de estudio.
APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL ÁREA:
El yacimiento que
nos se encuentra ubicado en una zona de suaves colinas descendentes que se
encuentran bajo las primeras estribaciones de la sierra de Míjas, en el paraje
conocido como el Montañés, muy cerca de la Venta Vázquez, en
una zona anteriormente utilizada para el cultivo del olivar, y que actualmente
se encuentra en desuso, fruto de las expropiaciones realizadas para la
construcción de la Variante
de Alhaurín de la Torre,
Málaga.
Este lugar se
encuentra en un punto estratégico por su amplio dominio visual de su entorno
inmediato además de todo el valle del río del Valle, afluente secundario del
río Guadalhorce, que se corresponde con el espacio comprendido entre la sierra
de Míjas y la sierra de Cártama.
Los restos arqueológicos examinados son inéditos,
sobre la zona de investigación con anterioridad a los hallazgos realizados por
la carretera, se han documentado restos, cuanto menos escasos, encuadrables
culturalmente en dos momentos muy genéricos.
Para un primer momento de ocupación se
documentan algunos amorfos de cerámica realizadas a mano y algunos
hallazgos líticos poco significativos, todo ello encuadrable durante la Prehistoria Reciente.
El segundo momento
representado culturalmente, es un horizonte cultural romano indefinido; estos
restos se corresponden sobre todo a algunos fragmentos de tégulas e imbrices y
a fragmentos de cerámica común y sigillata muy rodados y amorfos.
Con independencia
de estos restos localizados en las inmediaciones, podemos reseñar por cercanías
dos yacimientos mal estudiados hasta la fecha con cronologías relativas muy
dispares, pero que apuntan a las mismas líneas de investigación anteriormente
reseñadas:
Siguiendo la
carretera A-366 (antigua C-344) en dirección al termino municipal de Alhaurín
el Grande, a unos 600
metros nos encontramos con una loma, primeras
estribaciones de la Sierra
de Míjas, justo por delante del Campo de Tiro Pichón, y 30 metros antes del arco
de entrada al Tiro Pichón, en el que aparecen algunos materiales arqueológicos
asignables culturalmente a una Prehistoria Reciente, sobre un sustrato
geológico rico en restos paleontológicos marinos. Los materiales arqueológicos
se corresponden con una treintena de fragmentos amorfos de cerámicas realizadas
a mano, de entre las que destaca varios fragmentos amorfos de gran grosor que
deben de corresponderse con paredes de grandes vasijas de almacenamiento,
y un fragmento amorfo con un pequeño mamelón de forma ovoide, un conjunto de
lasquitas de silex con retoques de uso, un fragmento de punta de silex,
un fragmento de la extremidad distal de una pieza pulimentada (hachita o
hachuela), y un fragmento de molino de mano.
Fotografía Corte
1, detalle cráneo.
Entrando por el
trazado de la circunvalación y a unos escasos 1000 metros nos
encontramos con otro yacimiento, quizás más importante que el anterior, en
cuanto a extensión y material, que es conocido como Villa romana de Peralta,
con materiales arqueológicos datables en los siglos I- II d. de C. (Terra
Sigillata Hispanica, formas Dragendorf 37 y 18). Este horizonte cultural
parece ser mucho más amplio, puesto que los trabajos de los desmontes de la
circunvalación realizados en esta zona sin ningún control arqueológico, hemos
podido recuperar, en un estrato de color grisáceo, un conjunto de materiales
que a continuación de manera suscinta describimos: siete conchas
completas perforadas, dos conchas sin perforación, unos treinta fragmentos de
conchas de diverso tamaño, una fusayola bitroncocónica fragmentada, varios
fragmentos de borde de cuencos hemihesféricos de pequeño diámetro de cerámica a
mano, fragmentos amorfos de cerámica a mano, entre los que destaca uno decorado
con un espatulado, y un fragmento decorado con una línea de digitaciones, un
fragmento de una lámina levallois, varios fragmentos de sigillata muy rodada, y
un fragmento de pared y cuello de ánfora ibérica. También nos han llegado
noticias del hallazgo de dos malaka y un denario de augusto en dichos
movimientos de tierras.
PLANTEAMIENTO METODOLÓGICO:
Antes de iniciar
propiamente los estudios en las zonas seleccionadas, se ha realizado una
prospección del entorno inmediato de la zona objeto de estudio, con el fin de
aportar mas datos, y localizar posibles restos arqueológicos relacionados
con los ya aparecidos, los resultados en este sentido han sido prácticamente
negativos.
Excavación:
Zona 1. En
este punto hemos planteado un pequeño corte en el que nos hemos tenido que
acomodar al terraplén de la carretera, teniendo 2 m (perfil Sur) por 1,12 m (perfil Este) por 1,54 m (perfil Oeste), el
perfil norte se corresponde con la zona de desmonte, lo que ha originado muchos
problemas a la hora de trabajar, pues nos hemos encontrado con un desnivel
superior a 1 m
en la superficie del corte. Además, hemos de dejar bien claro desde un
principio, que la acción de la obra sobre esta estructura ha sido muy dañina,
puesto que ha removido casi totalmente la cubierta de la tumba, con la
consiguiente remoción de la estratigrafía del corte y de la propia estructura.
Metodológicamente
hemos seguido el método de excavación por estratigrafía natural, de techo a
base nos encontramos con los siguientes niveles:
U.E.1, se
corresponde con un pequeño nivel de grosor de unos 4 cm, de tierra vegetal con
una coloración oscura, que se corresponde con la descomposición de
materia orgánica. Este nivel sigue una inclinación Oeste-Este, que es fruto del
desnivel natural del cerro. Nivel completamente estéril.
U.E.2, nivel de
tierras de color marrón muy granulosa, con un fuerte componente arenoso, tiene
un grosor medio de unos 30 cm,
no se documenta ningún material arqueológico, en la zona este del corte su
grosor es mayor y descansa directamente sobre la U.E.4, con un espesor de 50 cm. Este nivel debe de
corresponderse con el material removido por las labores agrícolas del campo, al
igual que el anterior sigue una ligera inclinación Oeste-Este.
U.E.3, no se
encuentra representado en toda la superficie del corte, en la zona este,
desaparece dejando paso a la U.E.2,
es un nivel de color beige, fuertemente compactado, con abundantes nódulos de
pequeño tamaño de cal, su grosor medio es de unos 40 cm. Es un nivel
arqueológicamente estéril, y creemos que nivel geológico.
U.E.4, este nivel
es muy irregular y es sin duda el más afectado por los movimientos de tierra y
desmontes de la carretera, se corresponde originalmente con la cubierta del
enterramiento, se encuentra formado por varias lajas de piedra de considerable
tamaño, más de 40 cm,
y otras piedras más pequeñas que reforzarían la cubierta de la estructura,
presenta un buzamiento distinto a los niveles anteriores Sur-Norte, creemos que
este debe de deberse a la acción de las maquinas, pues coincide con la
dirección del terraplén, este nivel debió de ser uniforme, pero este hecho no
ha podido ser corroborado, puesto que antes de iniciar la excavación ya se
documentaba en superficie restos de una laja arrancada de su posición en esta
U.E., sin embargo parece que nos han quedado las improntas de al Menos dos
lajas, que ocuparían los huecos que se observan en este nivel. Nivel
arqueológicamente estéril.
Planta de la cubrición de la tumba. U.E.4.
U.E.5, se
corresponde propiamente con el nivel inmediatamente inferior a la cubierta de
lajas, y donde se encontraría ubicada la inhumación, es un nivel de tierras
marrones muy arenosa, ligeramente compactada. Con un grosor que oscila entorno
a los 40 cm,
algunos sectores se encuentran muy sueltos, y pueden ser fruto de la remoción
ocasionada por la maquina, pues coinciden con los huecos documentados en la
unidad anterior. Se documentan algunos fragmentos de raíces antiguas, este
nivel no se encuentra representado en toda la superficie del corte,
desapareciendo en la zona oeste. Nivel con restos óseos humanos.
U.E.6, es el último nivel documentado, es un nivel compuesta únicamente por arenas
medianamente compactadas, en la que aparecen algunos fósiles marinos. Su
grosor, es superior a los 2 m.
Arqueológicamente es estéril, y debe de corresponderse con un nivel
estrictamente geológico. En este nivel es donde originariamente se excavó
la fosa de inhumación, siendo esta de forma ligeramente ovoide.
Fotografía Corte
1, nivel de cubierta.
Zona 2. En
esta zona no se ha realizado ningún sondeo, como paso previo a este se procedió
a la limpieza de lo que en principio parecía una alineación regular de lajas de
piedras en forma horizontal de más de 2 m. Una vez limpiada la supuesta estructura
resulto que se correspondía con un estrato natural de piedra arenisca, no
documentándose ningún signo de acción antrópica sobre este nivel.
Fotografía Corte
2, detalle de inicio.
Zona 3. en
este punto se realizo la limpieza superficial de lo que en principio parecía la
estructura de una cista o dolmen correspondiente a dos grandes planchas de
piedras dispuestas en paralelo y de forma horizontal con una tercera laja que
parecía en posición vertical, realizada la limpieza documentamos que las tres
planchas se corresponden, en principio con una única plancha de piedra de gran
tamaño fracturada en varios trozos de grandes dimensiones, pero sin ningún
signo ni evidencia de haber sido utilizadas antrópicamente.
Fotografía Corte
2, detalle limpieza final.
DESCRIPCIÓN DE LA INHUMACIÓN:
La cubierta de la
tumba, en su origen debió de corresponderse con un nivel cuando menos homogéneo
de lajas de piedra de mediano tamaño de forma rectangular, aparentemente
talladas, reforzadas estas por otras piedras de menor tamaño que se
localizan in situ en la cabecera y en los pies de la tumba, no se documenta
ningún tipo de material a modo de trabazón o argamasa Este nivel de piedras
debió de ser más o menos horizontal, aunque nosotros durante el proceso de
excavación documentamos un buzamiento en la única laja conservada en su
posición original Norte-Sur, esta laja presenta en su extremo sur testimonios
de haber sufrido algún movimiento y perdida de superficie por la acción de las
maquinas, antes de iniciar la excavación se documentó una laja de piedra de
menor tamaño que se debió de corresponder con esta cubrición, pero que la
maquina había arrancado, quedando la impronta de su posición reflejada sobre la
superficie superior de la U.E.5.
Planta Corte
1, nivel de enterramiento. U.E.5.
Tras retirar los
restos de la cubierta de lajas documentamos una fosa excavada sobre la U.E.6 cuyas medidas son 1,70 m de largo por un ancho
máximo de 0,46 m.
y una profundidad de algo más de 0,40 cm. Su forma es ligeramente ovalada,
se nos ha conservado casi integra, falta un fragmento de la misma que va desde
prácticamente la mitad de humero izquierdo hasta el cráneo y se encuentra
rellenada por la U.E.5,
que es el nivel de enterramiento propiamente dicho, tras rebajar unos 0,10 m. documentamos
los primeros restos óseos.
Fotografía Corte
1, nivel de enterramiento.
El esqueleto
exhumado se corresponde con los restos de un individuo de edad adulta
enterrado en posición decubito supino alargado, con la cabeza asentada sobre un
reborde o escalón practicado en la fosa, con los brazos alineados y paralelos
con el cuerpo y las manos a la altura de la cadera, la cabeza debió de
posicionarse hacia arriba, lo que con el tiempo ha provocado la caída de esta y
del maxilar inferior con un ligero desplazamiento de este hacia la derecha, la
extremidad inferior derecha se encuentra ligeramente flexionada hacia el centro
de la fosa. El estado general de conservación de los restos óseos es muy malo,
prácticamente no nos ha quedado casi ningún fragmento del esqueleto en su zona
troncal, estando los restos de esta zona literalmente machacados, la acción de
los trabajos de la carretera ha seccionado una porción bastante amplia del
cráneo y de la fosa en esta parte, al cráneo le falta el hueso nasal y las
fosas nasales , una parte importante del maxilar superior, la cuenca ocular
izquierda, y parte de la derecha, casi la totalidad del hueso frontal, una
parte del parietal izquierdo y el arco zigomático izquierdo, aparte de haber
dañado seriamente las apófisis del maxilar inferior izquierdo.
Las apófisis de
los huesos largos tampoco se han conservado, al igual que la mayoría de los
huesos pequeños de la mano izquierda y de ambos pies.
Fotografía Corte
1, detalle cráneo.
Da la impresión de
que este individuo ha sido enterrado en una posición, cuando menos forzada,
pues los indicios parecen apuntar a cierto acomodo de los restos con respecto a
la fosa, la extremidad superior derecha se encuentra 0,10 m. más baja que la
extremidad superior izquierda, lo mismo ocurre con las extremidades inferiores,
estando la derecha ligeramente más baja, ambas piernas se encuentran
ligeramente flexionadas, siendo la flexión más acentuada en la extremidad
derecha, la columna vertebral se encuentra también ligeramente inclinada hacia
la derecha.
No se ha
documentado ningún elemento correspondiente a ajuar; tanto la estructura
funeraria como el esqueleto tienen una orientación Oeste-Este, donde Oeste
sería la zona de cabecera de la tumba y Este la zona de los pies.
Se ha realizado un
estudio de las piezas dentales y faltan las siguientes piezas:
1º
cuadrante (maxilar superior derecho): primer premolar, segundo premolar, primer
molar, tercer molar.
2º
cuadrante (maxilar superior izquierdo): segundo premolar, segundo molar.
3º
cuadrante (maxilar inferior izquierdo): primer molar, segundo molar, tercer
molar.
4º
cuadrante (maxilar inferior derecho): primer molar, tercer molar.
Se han documentan
las siguientes anomalías: síntomas inequívocos de gingivitis aguda (piorrea), y
de un bruxismo acentuado, el incisivo lateral inferior derecho presenta una
fisura mexial, en el primer cuadrante la pieza dental 17 segundo molar presenta
una caries mexial, en el tercer cuadrante (maxilar inferior izquierdo) presenta
síntomas de una extracción a la altura de la pieza dental 38 (muela de juicio)
en proceso de cicatrización, en principio las piezas dentales que faltan fueron
perdidas en vida del individuo, como demuestra la cicatrización del maxilar
inferior.
Del análisis de
las piezas dentales podemos sacar algunas conclusiones: los restos se
corresponden con un individuo de sexo masculino de edad muy adulta, casi senil,
a tenor del gran desgaste observado en las piezas dentales, este desgaste nos
indica una alimentación basada, preferentemente, en elementos vegetales.
Fotografía Corte
1, nivel de enterramiento.
INTERPRETACIÓN CULTURAL:
El intervalo de
inhumaciones estudiadas (una sola tumba) es muy pequeño, y esta no tiene una
característica estructural muy clarificadora, carece de ajuar, y el contexto
arqueológico externo no nos aporta ninguna pista, sabemos que las inhumaciones
en fosas se corresponden con un ritual que comienza a utilizarse a finales del
siglo I D.C. y se generalizan a lo largo del II, el tipo de cubrición lajas de
piedra abarca una amplia variedad cultural, pero se da sobre todo en contextos
tardo-romanos. El hecho de carecer de cualquier objeto de ajuar puede ser
indicativo o no de este mundo tardío con la prohibición de enterrar con ajuar
(concilio de la iglesia católica celebrado en Toledo 585 D.C). Con los pocos
datos disponibles hasta este momento sólo podemos dar una fecha post quem para
esta inhumación posterior al siglo II D. C. Y una adscripción cronocultural
entorno al mundo tardoromano o altomedieval.
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